La Congregación Somasca
El Fundador
La humilde Congregación de
los religiosos Somascos tiene su origen en la Compañía de los Servidores de los
Pobres, suscitada en la Iglesia de Dios por San Jerónimo Emiliani, bajo la
acción del Espíritu Santo.
Convertido
a Dios y renovado profundamente por intercesión de María, en su ardiente deseo
de seguir el camino del Crucificado y de imitar a Cristo, su Maestro, se hizo
pobre y se entregó, en cuerpo y alma, al servicio de los pobres.
Movido por la caridad
divina, contagió a otros hombres, los cuales, por amor del Evangelio, se
ofrecieron, junto con él, a Cristo.
Mediante el ejercicio de
toda clase de obras de misericordia, nuestro ardentísimo Padre propuso, para sí
y sus compañeros, un estilo de vida que, mediante el servicio a los pobres, expresa
su propia entrega a Cristo.
Por eso, en los primeros
tiempos, el pueblo los llamó: ‘Padres de las obras y de los pobres’.
Aprobación de la Iglesia
El 6 de diciembre de 1568,
San Pío V adscribió esta
nueva Compañía -que se iba desarrollando y cosechaba copiosos frutos para la
Iglesia- entre las Congregaciones de Clérigos Regulares, y le concedió la
facultad de poder profesar votos solemnes,
sometiéndola
directamente a la Sede Apostólica.
Primeros religiosos de
la Congregación
El 29 de
Abril de 1569, en San Martino de Milán, los padres: Angiolmarco
Gambarana, Francesco Spaur, Giovanni Scotti,
Bernardino
Castellani, Vincenzo Trotti
y Reginaldo Piacentini, en presencia de
Monseñor Gambara, Obispo de Tortona, emitieron los votos solemnes.
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