El pasado día 28 de Mayo, nuestra Comunidad de Santiago de Compostela estuvo de fiesta. La ocasión no era para menos. P. Federico celebraba sus 50 años de Ordenación Sacerdotal.
Se unieron a la fiesta algunos familiares que pudieron desplazarse desde Italia, nuestro P. Provincial, varios padres somascos llegados desde distintas comunidades de España, amigos, personas de la parroquia de San Cayetano (y sus distintos centros de culto),...
La Eucaristía de acción de gracias tuvo lugar en la Parroquia de San Cayetano y estuvo presidida por D. Jesús, Obispo Auxilliar de Santiago de Compostela.
Finalizada la Eucaristía, continuó la celebración de la fiesta con una comida en la Comunidad en donde P. Federico continuó estando acompañado por el Sr. Obispo auxiliar, por sus co-hermanos, familiares y amigos.
Os dejamos el texto que compartió P. Federico casi al final de la Eucaristía, para dar gracias a Dios por este día en que recordaba sus 50 años de sacerdocio.
En el
cincuenta aniversario de mi ordenación sacerdotal, quiero dar gracias a Dios por permitirme concelebrar esta
eucaristía presidida por el señor Obispo Auxiliar, Don Jesús, que ha aceptado
de buen grado mi invitación, a quien le
doy las gracias. Me encanta lo que ha
dicho en una reciente entrevista en el Correo Gallego sobre su vida, en su
adolescencia y la importancia de la oración en la vida familiar, el recuerdo de
su abuela que siempre lo animó a seguir el camino que el Señor le proponía. También doy gracias
a mi Padre Provincial, y a mis hermanos
sacerdotes que me han acompañado en esta celebración. A don Víctor por la
disponibilidad de la parroquia, y a todos los presentes aquí, en manera especial a mis
familiares.
Muchos de nosotros, hemos sentido la
presencia del Señor para seguir en los estudios y en la entrega al servicio a
los demás. Todos sabemos que es indispensable
en la vida, vivir en la esperanza. El problema de las vocaciones
sacerdotales ha sido y es también nuestra preocupación. Algunos de nosotros
somascos, hemos aceptado la invitación de nuestros superiores para entregar
nuestra vida al Señor en diversos sitios donde actuaba nuestra humilde Congregación.
Hemos completado nuestra formación al lado de comunidades pequeñas. Hemos
vivido en distintos países para hacer presente el Carisma de nuestro fundador,
San Jerónimo Emiliani, en pequeños seminarios, casas de formación: Centro
América, México, Honduras, Guatemala, Brasil, San Salvador y otros en Asia
(India, Sri Lanka, Filipinas, Australia, Indonesia). Al mirar el número de
vocaciones que actualmente se ha desarrollado en estos países, me parece que
hay más esperanza.
Ahora
podemos disfrutar de la presencia entre nosotros de jóvenes somascos que vienen
de otras tierras. Para mí esto es una esperanza hecha realidad. En el noviciado
ya está José Ricardo y aquí animando nuestra liturgia, están Ambros y Edu. Es para mí una alegría ver como la
Congregación ha crecido.
Para terminar estas palabras quiero decir con María:
magnificat anima mea Domine.
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